lunes, 4 de abril de 2011

meditación+hormonas=maría magdalena

ayer en la noche me cayó una película sonza... de esas de aniston, comedia de... risa, valga el comentario.
marley y yo
una de las tantas películas que no vi, ni en tele.
muy, pero muy simple, sin compromiso. como no tenía sueño y fue casi lo único que encontré, pues... la vi.
empezada a unos 10-15 minutos (darán fé del interés).
hubo unos ratos en los que me moría de risa, de alguna manera me acordaba de cierto animal que vive y mora conmigo.
los que no sepan, marley es un labrador que compran aniston y owen en "oferta"
y se ve en el transcurso de la película la sarta de barbaridades que hacen los perros, normalmente, de cachorros.
travesuras, morder cosas, tirar cuanto les quede enfrente, masticar muebles, hacer pis donde no deben... en fin, desquiciar al dueño en ocasiones.
este en especial nunca maduró o se tranquilizó hasta de viejo.
no me dejarán mentir, pero la aniston nunca se ha caracterizado por hacer películas serias ni profundas.
digan ustedes, qué tanto les puede dejar una movie con owen wilson, jeniffer y un labrador, donde básicamente la historia gira en torno al labrador?
bueno... imaginen la escena:
"marley y yo" en la tele
la gómez sentada en el sillón frente a la tele
en pijama
con los ojos como si hubiera soldado sin careta, roooojos, roooojos
lágrimas y llanto como si me hubieran acabado de dar una paliza (de esas veces que hasta el aire se te va... de esas)
un el rollo de papel a un lado y un bonche de kleenex ya utilizados cerca (si... iak).
y amélie "echada" cuan larga es a un ladito plácidamente dormida.

por marley y yo...
ehhh si!
no. no fue aniston. tampoco fue owen.
fueron dos o tres diálogos de una o dos líneas sobre el curso de las relaciones de pareja, lo agradable o desagradable de las mismas, y la importancia que puede tener un animal en nuestras vidas.
muchos de ustedes a lo mejor no tiene idea de a qué me refiero por que no han tenido o no les gustan los animales.
pero los que si tienen y han tenido podrán entender por qué lo digo.

uno de los díalogos decía algo así...
a un perro no le importa si eres rico o eres pobre, si usas ropa de diseñador, o si vives en tal o cual lugar. el perro es felíz si le das de comer croquetas y agua, no le importa si duerme en un rincón en el piso o en una cama acolchonada.
tienen tal nobleza que lo único que esperan al final del día es tu compañía.
una vez que tu le das tu corazón al perro, él te lo da de regreso, sin reserva, aún a pesar de todas esas veces que lo regañaste y le dijiste que lo ibas a regalar por que había mordido el tacón de una de tus botas.
si los que decimos ser "humanos" fueramos más perros, las cosas serían tan diferentes.

amélie es... amélie.
felíz de que esté conmigo, acompañándome, haciéndome reir, dándome besos y ladrando porque quiere entrar o salir a caminar. escurriéndose a dormir en la cama de mi lado cuando no estoy ahí, avisándome que el güero está en la calle o que se encontró una abeja, o simplemente poniendo su cabeza en mi pierna cuando siente que no tengo un buen día.

perros... 
habían de tener una escuela para estos pseudo-humanos














love her

2 comentarios:

Jorge I. Ballesteros dijo...

Mi querida Ale, ahora ya supiste el porque amo a mis perros, lo mejor es que a ellos no les importan mis problemas existenciales, simplemente aman. Eso es una muestra de lo que significa el amor incondicional.

La gente aprendería mucho de ellos.

¿Sabes que los pájaros también te muestran el amor que sienten?

GOMGUZ dijo...

FINALLY!!! apareció papa george!
lo sé, son una maravilla y si por mi fuera tendría por lo menos otro más.
Los pájaros?jum... el perico hace de las suyas y a veces es tan desmedido que el jijo me saca sangre!
que gusto leerte por aquí!