domingo, 29 de diciembre de 2013

de verdad o mentiritas?

Días de lluvia non stop.
Frío.
Humedad.
FRIO.

Pasó navidad y el nivel grinch como tal se vió disminuido considerablemente.
Y como siempre en éstas fechas, introspección y revisión y estar conmigo y viendo qué quiero y qué no en mi vida.

Limpiando el closet.

Y me encuentro donde no quiero estar. O al menos no me encanta estar como estoy.
Sé qué es lo que tengo que hacer y sé también que no lo he hecho por que estoy congelada. El miedo mata. El miedo paraliza. Estanca.

Apegos. Los malditos apegos. Lo difícil que es desprenderse.

Hoy, entre las sábanas me vino "la iluminación de regadera" y pensaba en lo complejo del ser humano. De nuestra cultura y a lo que estamos expuestos desde niños (y a ello habrá que sumar genética y lo que tenemos instalado en el chip de concepción).

No podría generalizar pero la mayor parte de la gente que me rodea, a quien conozco de cerca y también de no tan cerca, fuimos educados con la premisa de "no lastimar al prójimo".

Desde cosas tan superficiales como cuando de niños en la primaria, uno de tus compañeros tiene el cabello horrible o lo que lleva de lunch sabe espantoso, tus padres te dicen ANTES de que vayas a decirle nada.... "NO le vayas a decir que tiene el cabello feo o que su lunch sabe mal o que trae la blusa rota" -o... un sin fin de cosas así-
Y cuando les preguntas por qué, la respuesta natural es: "es que puedes hacerlo sentir mal o lo puedes lastimar y se puede poner muy triste  y eso no está bien"
Y podrás decirles:"pero es verdad, su lunch sabe feo, no me gusta" y te repetirán que no debes decirle las cosas así, que mejor le digas que ya no tienes hambre o que lo que traes tú es suficiente, que de ésta manera no harás que se sienta triste.

Y así nos vamos desde pequeños por la vida, con esa premisa. "No lastimar".
Por que decir la verdad lastima. Por que es mejor decir parte de la verdad, o dar un pretexto, o disfrazar la realidad.
El punto es que nos enseñan que deicir mentiras está mal, PERO decir la verdad luego no es del todo bueno por que podemos lastimar al otro y entonces hay que enmielar esa realidad para que no se sienta tan feo, o bien, evitarla.
Luego entonces, crecemos y muchos no podemos lidiar con la verdad tal como es.
Ni decirla, ni que nos la digan.
Para cuando crecemos ya no se trata de un problema "grave" como decir: "tu lunch sabe feo".
Para cuando somos adultos los problemas "graves" pueden ser como decir: "no quiero estar contigo".

Porque "la verdad no peca pero incomoda". Y con la premisa de "no lastimar" instalada desde niños, nos es muy difícil comunicarnos correctamente y decir las cosas como son. Y no sólo decirlo, saber recibirlo, que el otro pueda decirte las cosas así... desde la verdad.

Y me pregunto, qué tan bien estamos educando a nuestros cercanos?
No les estamos causando un daño mayor?
Porque el hecho de ir enmielando, disfrazando, parcializando o evitando la realidad a la larga puede causar un mayor dolor o tristeza que el hecho de decir las cosas como son.

Somos  pocos (y me incluyo, los que me conocen lo saben). MUY POCOS los que optamos por el camino empedrado, los que hablamos de frente y sin tapujos,  los que preferimos que nos digan las cosas así, tal cual son. Los que sabemos que la verdad pueda que duela tres (ó mil) veces más, pero que preferimos tener esa paliza a los mil rechazos o mentiras o ausencias o loqueseaquesea que finalmente terminará haciendo más daño en mayor tiempo.


No es fácil.
Ni hacerlo ni recibirlo.
Pero creo que en términos generales es lo mejor. Las cosas claras.
Habrá que cuidar la forma, y en esa parte ser cautelosos de no "hacer pedazos" al otro.
Y en vez de decirle: "tu lunch sabe horrible" buscar la forma adecuada y decir algo como: "no muchas gracias, es que, sabes? no me gusta la mayonesa".
Así no agredes ni lastimas al otro y tú te haces responsable de lo que te toca.
Diciendo la verdad. Como es.