qué me pongo?

qué me pongo, qué me pongo?

no, no hablo de ropa.
pero funciona de la misma manera,

debería al menos de ser así.
no siempre se puede, de hecho.

"puedes escoger lo que piensas de la misma menra que escoges cómo te vas a vestir"

"monkey mind" decía mi maestra anna, refiriéndose a ese ruido mental, a la cantidad de pensamientos que tenemos en la cabeza que no nos dejan estar en paz, que no nos dejan concentrarnos en lo que realmente importa. que nos hacen perder el foco.

monkey mind que sólo se aquieta con un poco de meditación.
muy difícil de inicio, es como un torrente sanguíneo, con la diferencia de que ahí fluye, y en la mente decidimos inconcientemente atorarnos y ser recurrentes con uno, dos o muchos pensamientos.

el paso uno, es lograr que fluyan los pensamientos. no estancarse ni repetir una y otra vez el mismo.

paso dos, escoger cuál de los que aparecen nos viene mejor, o incluso seleccionar uno en particular que nos haga sentir un poco lo que estamos buscando: tranquilidad, compasión, paz, felicidad, amor, perdon, incluso tristeza, a veces es necesario tocarla para poder soltarla.

paso tres, una vez que se logra, quedarse ahí por un momento, en el vacío mental, en la neutralidad emocional y racional. este es justo el momento en el que sucede la magia. donde viene la transformación en pequeña y gran escala. y donde se gestan los cambios.

tengo días en el flujo, tratando de no estancarme, de no atorarme con una cosa en particular.
la primer semana fue muy complicado. esta semana está empezando a ser menos difícil.

se dice tan fácil que molesta: soltar. hay que soltar.
hacerlo es una labor solo apta para entes que no son de este mundo. 

cada día decido qué ponerme.
cada hora que pasa pienso qué es mejor ponerme.
cada minuto recuerdo en qué no debo de atorarme.
cada segundo hago conciencia de que lo mejor es que fluya y no detenerme.

y ahí estás, en el día, en la hora, en el minuto, en el segundo... tú contigo.