toda la noche y casi todo el dia, no ha parado de llover.
la humedad en el ambiente empieza a ser molesta, se siente hasta los huesos
frio. muy frio.
sola en casa, con tarea hecha. no al 100% pero si en lo esencial.
descalza por momentos.
conectandome conmigo.
sensaciones diferentes a un dia comun.
no distan mucho de octubre.
el dia a dia nos hace perdernos de los detalles pequeños que hacen de la vida, la vida misma.
el sonido de la lluvia, el olor de la humedad, la piedra y la tierra mojada.
la luz en el cielo gris, las gotas que escurren en las hojas y por los vidrios de la casa.
el piso frio, la cantera menos.
el frio que te hace querer enredarte entre las cobijas y no salir de la cama.
sin teléfono, y evitando lo mas posible la computadora.
llamadas perdidas y mensajes sin contestar.
oyendo nueva música, que no puedo dejar de escuchar.
bajando a preparar café, llenando la casa del mejor perfume, café recién hecho.
una taza, dos. que no alcanzan a ser vaciadas sin enfriarse antes.
bailando en la sala, sola. sonriendo con el corazón. disfrutando cada espacio
conciente de cada olor, de cada sensación, el piso, el tapete.
no es indispensable estar descalza, simplemente es hacer conciencia y abrirte.
misma frecuencia que en meditación.
comida simple...
mis altas: bailar en la sala, jugar con amélie. el momento en que me detuve a ver el cielo debajo del domo de la entrada, lleno de agua y con la taza de café entre las manos.
mis bajas: esperar. no me gustan las expectativas.
un par de posturas, árboles básicamente... que hoy estuvieron centrados, equilibrados, bien plantados.
conciente de mi, de lo que siento, de la tranquilidad y paz interior.
de ser yo. completa.
un baño con agua bien caliente, los pies rojos...
para terminar encamada, tapada, y escribiendo.
en paz. feliz.
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